Estas dos fotos de acumulaciones efímeras son las primeras de una serie que nos divierte mucho.
El pensar en cuando tengamos cuarenta nos entusiasma pues creemos que habremos retratado cuarenta puntos de vista, cuarenta espacios habitables de personas distintas.
Se trata de esculturas hecha con objetos cotidianos apilados y reordenados dentro de espacios también cotidianos, éste nuevo acomodo traduce el conjunto a un nuevo significado. El espectador no está muy seguro de lo que está viendo, por un lado se identifica con el teléfono y la televisión, pero por otro le desconcierta la falta de orden, el caos aparente… ¿Nuevo orden? ¿Miedo a la locura? ¿Miedo al Caos?
La misma realidad es un caos, el instinto nos lleva a ordenarla para entenderla, para sobrevivirla…
Aquí viene la importancia de una nueva revisión del conocimiento, que por enfermo o caduco ya no se necesita, de reconocer las realidades y los espacios que están reprimidos u ocultos.
Así pues proponemos dos estudios escenográficos a manera de fotoescultura, una para atender la psicosis y otro para tratar la narcolepsia, dos “patologías” que nos hablan de estadíos humanos que no se validan como realidad convencional y que el sistema se empeña en apartar.
2. Estudio esenográfico para tratar narcolepsia
Estas fotos estuvieron expuestas en la casa guerrerense de Coyoacán dentro de una muestra de foto colectiva llamada "En sueños, palabras siniestras, lugares familiares", fueron impresas en lona en gran formato con el fin de colocarlas en espacios públicos, para que compitan y representen una alternativa a los anuncios espectaculares que solemos ver en la calle.
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